miércoles, 24 de junio de 2009

FRAUDE

Me confieso: a menudo me siento un fraude.
No me refiero al hecho de defraudar a alguien, decepcionar a aquel que tenía unas expectativas puestas en ti, hacer lo contrario de lo bueno que se espera de uno.
Me siento un fraude, un timo, un impostor, una mala copia de lo que pretendo de mi existencia. No sé hasta qué punto consigo engañar al resto de la gente, pero lo que es a mí mismo, a mi conciencia y a mi subconconsciente, Santísima Trinidad, resulta imposible.
Me siento un fraude porque soy el escritor que no escribe, el dibujante que no toca un lápiz, el cinéfilo que apenas ve películas, un amante en soledad.
Mi preocupación no es que me descubran los demás sino concluir en que todo esto sea cierto.

Una de las principales razones de abandonar Marín, es decir, mi vida en Marín monopolizada por ese bar tan adictivo llamado Klee, era la de tener tiempo para levantar los infinitos proyectos y cuentas pendientes que tenía en mente desde hacía tiempo, pero que se hallaban aletargados por la rutina hostelera y la indisciplina alcohólica de trasnochador. Una vez llegado a Madrid mi prioridad evidente era la de encontrar un sueldo para mantenerme. Hubo que aceptar la primera oportunidad y desde entonces, el uno de diciembre del pasado año, cobro una nómina vencido el mes trabajado. También desde entonces, diez días antes de empezar a trabajar, no escribo.

Trabajo y cerveza, trabajo y cerveza,… esta es la rutina madrileña, que poco difiere de la que dio origen a dejar el Klee. Peor aún, aquí la bebida tengo que pagarla.
Por mucho que intentara rascar minutos en el trabajo, donde tengo acceso a internet, o fuera de él, en el piso o en algún bar con un papel y un boli a mano, la pereza mandaba, un currante debe descansar tras la jornada, y fui abandonando la escritura o ésta me abandonó a mí.

No sé porqué hoy, pero estoy escribiendo. No sé si escribo porque mi subconsciente tiene ganas de soñar como en otros tiempos, o porque me remuerden la conciencia tantas promesas incumplidas, o porque yo mismo quiero demostrarme que, aunque a menudo me sienta como tal, no soy un fraude.

1 comentario:

UXIA dijo...

Pues ponte a escribir!!!!! Y no eres ningún fraude, llegará tu momento.